3.31.2010

Confesión de una cuasi-alcohólica

"Yo no quería tomar tanto
pero le juro que todas las botellas
decían "tómame" y cada vez que lo hacía
me sentía gigante".

De pronto, se puso a llorar lágrimas gigantes que hinundaron la habitación, la casa, la ciudad, y al final, todo el mundo.
(Lo sabía, no era el calentamiento global).

2 comments:

  1. Anonymous10:43 pm

    Complejo de Alicia? jeje.
    muy divertido.

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  2. Ese es el mismo pretexto de mi padre u.u "son las botellas hija, las que me piden a gritos que las tome..." sí claro...

    y aunque sus lágrimas no son tan gigantes para inundar la ciudad, son de suficiente tamaño para acongojar los corazones u.u

    saludos.

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